Dilema
En una empresa se encontró un trabajador declarado clínicamente con esquizofrenia, debido al estrés laboral del departamento donde labora. El parte médico indica que el trabajador con debida atención y medicina puede continuar con su vida normal. El área de Recursos Humanos, está dispuesto a que reinicie su actividad laboral. El dilema es que los compañeros de su área, están muy nerviosos y no desean tener contacto con él, debido a que presenta conductas fuera de lo normal y temen que en cualquier momento pueda sufrir un episodio de alteración, trayendo como consecuencia el riesgo de afectación física y verbalmente a sus compañeros de trabajo.
Desde la perspectiva medica, es de anotar que la persona tiene una discapacidad mental, sin embargo esta en uso de sus facultades físicas. Si nos apoyamos en la ética esta persona debe entrar en un programa diseñado por la empresa con apoyo de la ARL, para el control, seguimiento y evaluación de discapacidades psicosociales asociadas a problemas mentales.
Este programara servirá no solo para el control y seguimiento de estos de las personas que están enfermas, sino que sera un programa de prevención y concientización para el manejo de estrés, sentimientos negativos y situaciones de alto impacto que puedan reaccionar en el área laboral, como el cambio del aspecto personal, entorpecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, constante tristeza, llanto fácil o espontáneo, disminución de la atención, ideas pesimistas, ideas hipocondríacas y alteraciones del sueño.
Solución Probable
Es necesario analizar la responsabilidad social de la empresa desde el inicio de la situación, ya que toda empresa debe cumplir con el requisito legal de hacer un chequeo médico a toda persona que ingrese a laborar con el fin de tener un conocimiento general del estado de salud del empleado, una vez cumplido este requisito, se podrá identificar en el empleado en mención si venía presentando el diagnóstico o adquirió la enfermedad después de haber sido contratado.
Esto nos remite a dos escenarios, si el empleado venía con los síntomas y aún con este conocimiento la empresa lo contrata, la empresa esta aceptando la responsabilidad de ello y se compromete a garantizar entornos adecuado para ello; o, el empleado adquiere la enfermedad estando dentro de la empresa, para lo cual la empresa deberá garantizar al empleado el cumplimiento de todos sus servicios, en especial el de salud, para que este pase a ser valorado por el especialista correcto, con esto la empresa deberá ceñirse exclusivamente a la valoración del profesional y hacer un seguimiento continuo de la situación del empleado. Pues será sólo el psiquiatra quien determina la capacidad de laborar del paciente dependiendo de su nivel de avance del trastorno. Una vez el paciente llegue a niveles donde no se controle ni se garantice el bienestar del empleado ni de la comunidad que lo rodea será necesario que la empresa gestione ante las entidades competentes la pensión por invalidez psicológica de manera tal que se preserve la integridad del paciente, que sienta que contó con el apoyo y finalmente aunque sin poder trabajar podrá estar tranquilo en su casa con el tratamiento correspondiente y seguro por su remuneración monetaria, pues al fin y al cabo se busca el bienestar íntegro de la persona afectada.